La verdad y la fuerza impulsora que hay tras la reencarnación es lo que recibe el nombre de karma. En Occidente, el karma recibe a menudo una interpretación totalmente errónea que lo identifica con el sino o la predestinación, pero es más acertado concebirlo como la ley infalible de causalidad que rige el universo. La palabra karma significa literalmente «acción, acto», y designa tanto el poder latente que hay en las acciones como las consecuencias que se derivan de nuestros actos.
La relación de estos tres, como “acción” y los interminables entrelazamientos de tales acciones como causas y efectos se hallan todos incluidos en la palabra KARMA, que es una sucesión de hechos reconocida en la Naturaleza, es, decir, una Ley. Por los cuales Karma se llama la Ley de Causación o Ley de Causa y Efecto; es la Ley de una fuerza y de los resultados por ella producidos. Esta fuerza puede actuar en el plano físico o mundo del movimiento en el astral o mundo del sentimiento, y en el mental o mundo del pensamiento.
Cada vez que hace uso de tales fuerzas, ya sea para auxiliar o para dañar al todo, del cual es una parte, le trae un resultado, esto es, una reacción resultante de su acción sobre los demás; en el mundo físico, un daño infligido por él a otros, producirá la reacción del dolor; en tanto que el karma o reacción de una acción benéfica es una fuerza que ajusta las circunstancias materiales de manera de producir un bienestar en el mundo astral. Las malas voluntades reaccionarán como pesares, en tanto que las simpatías le suministrarán felicidad; en el mundo mental inferior, las críticas y murmuraciones se convertirán en penas para él en tanto que el estudio y la búsqueda de la verdad le producirán inspiraciones; en el mundo mental superior, las aspiraciones serán fuente de ideales a seguir vida tras vida.
En términos sencillos, ¿qué significa el karma? Significa que todo lo que hacemos, con el cuerpo, el habla o la mente, tiene su resultado correspondiente. Toda acción, aun la más insignificante, está llena de consecuencias.
Hasta que esta naturaleza de buda no esté completamente despierta y nos veamos liberados de nuestra ignorancia y nos fusionemos con la mente iluminada inmortal, la sucesión de nacimientos y muertes no tendrá fin. Así pues, nos dicen las enseñanzas, si no asumimos la responsabilidad más amplia posible, respecto a nosotros mismos en esta vida, nuestro sufrimiento se prolongará no sólo durante unas cuantas, sino durante miles de vidas.
Es este grave conocimiento lo que hace pensar a los budistas que las vidas futuras son más importantes incluso que ésta, puesto que son muchas más las que nos aguardan en el futuro.
Esta visión a largo plazo rige su forma de vivir. Saben que si sacrificamos toda la eternidad por esta vida es como si nos gastáramos los ahorros de toda la vida en tomar una copa, prescindiendo neciamente de las consecuencias.
Pero si observamos la ley del karma y despertamos en nosotros el buen corazón del amor y la compasión, si purificamos nuestro continuo mental y despertamos gradualmente la sabiduría de la naturaleza de nuestra mente, podemos llegar a convertirnos en un ser verdaderamente humano y, en último término, iluminado.
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