martes, 27 de enero de 2009

Karma!!!

Hola, bien pues desde hace unas cuantas semanas, gracias a mi amiga Noemi surgio en mi la necesidad de leer más sobre algunos temas, debido a los terminos que utilizó en la última platica que tuvimos y si bien es sabido por las pesonas que me conocen que la palabra "Karma" es una de esas que debe aparecer en alguna platica conmigo, decidí leer "mas" y les dejo un poco de lo que encontré.
LEY DEL KARMA

La verdad y la fuerza impulsora que hay tras la reencarnación es lo que recibe el nombre de karma. En Occidente, el karma recibe a menudo una interpretación totalmente errónea que lo identifica con el sino o la predestinación, pero es más acertado concebirlo como la ley infalible de causalidad que rige el universo. La palabra karma significa literalmente «acción, acto», y designa tanto el poder latente que hay en las acciones como las consecuencias que se derivan de nuestros actos.

Toda acción implica un deseo que la originó y un pensamiento que la modeló, además del movimiento visible llamado el “acto”. Un deseo estimula un pensamiento, y éste se personifica en una acción; en tanto que a veces es un pensamiento, en forma de recuerdo, el que despierta un deseo, y el deseo estalla en acción. Toda causa fue anteriormente un efecto, y cada efecto, a su vez se convierte en una causa. La acción es la forma externa de un pensamiento y un deseo invisibles, y en el propio instante de cumplirse, da nacimiento a un nuevo pensamiento y, deseo, formando los tres un círculo perennemente renovado.

La relación de estos tres, como “acción” y los interminables entrelazamientos de tales acciones como causas y efectos se hallan todos incluidos en la palabra KARMA, que es una sucesión de hechos reconocida en la Naturaleza, es, decir, una Ley. Por los cuales Karma se llama la Ley de Causación o Ley de Causa y Efecto; es la Ley de una fuerza y de los resultados por ella producidos. Esta fuerza puede actuar en el plano físico o mundo del movimiento en el astral o mundo del sentimiento, y en el mental o mundo del pensamiento.


Todo ser está usando continuamente los tres tipos de fuerza, el primero en las actividades de su cuerpo físico, el segundo en los sentimientos, de su cuerpo astral; y el tercero en los pensamientos concretos y abstractos de sus cuerpos mental y causal. Aspirar, soñar, planear, pensar, sentir, actuar, todo esto significa poner en movimiento fuerzas de los tres mundos; y, de acuerdo con el uso hecho por el hombre de tales fuerzas, crea buen karma o mal karma, al ayudar o perjudicar a otros. Puesto que es él una unidad en una humanidad de millones de individuos, y no una individualidad aislada, cada pensamiento, o sentimiento, o acción suya, afecta a sus semejantes en proporción a la proximidad de cada uno a él como distribuidor de fuerza.

Cada vez que hace uso de tales fuerzas, ya sea para auxiliar o para dañar al todo, del cual es una parte, le trae un resultado, esto es, una reacción resultante de su acción sobre los demás; en el mundo físico, un daño infligido por él a otros, producirá la reacción del dolor; en tanto que el karma o reacción de una acción benéfica es una fuerza que ajusta las circunstancias materiales de manera de producir un bienestar en el mundo astral. Las malas voluntades reaccionarán como pesares, en tanto que las simpatías le suministrarán felicidad; en el mundo mental inferior, las críticas y murmuraciones se convertirán en penas para él en tanto que el estudio y la búsqueda de la verdad le producirán inspiraciones; en el mundo mental superior, las aspiraciones serán fuente de ideales a seguir vida tras vida.


En términos sencillos, ¿qué significa el karma? Significa que todo lo que hacemos, con el cuerpo, el habla o la mente, tiene su resultado correspondiente. Toda acción, aun la más insignificante, está llena de consecuencias.

Para los tibetanos, el karma posee un significado absolutamente vívido y práctico en su vida cotidiana. Viven según del principio del Karma, en el conocimiento de su verdad, y esta es la base de la ética budista. Comprenden que se trata de un proceso natural y justo. Por tanto, el karma les inspira un sentido de responsabilidad personal en todo lo que hacen.
Nunca debemos olvidar que es por medio de nuestros actos, palabras y pensamientos como obtenemos una elección. Y si queremos podemos poner fin al sufrimiento y a las causas del sufrimiento, y contribuir a que despierte en nosotros nuestro verdadero potencial, nuestra naturaleza de buda. ( Un buda es una persona que ha puesto un definitivo final al sufrimiento y la frustración, ha despertado completamente de la ignorancia, abriendose a su basto potencial de sabiduria y así ha descubierto una paz y una felicidad duraderas e inmortales).
Hasta que esta naturaleza de buda no esté completamente despierta y nos veamos liberados de nuestra ignorancia y nos fusionemos con la mente iluminada inmortal, la sucesión de nacimientos y muertes no tendrá fin. Así pues, nos dicen las enseñanzas, si no asumimos la responsabilidad más amplia posible, respecto a nosotros mismos en esta vida, nuestro sufrimiento se prolongará no sólo durante unas cuantas, sino durante miles de vidas.

Es este grave conocimiento lo que hace pensar a los budistas que las vidas futuras son más importantes incluso que ésta, puesto que son muchas más las que nos aguardan en el futuro.

Esta visión a largo plazo rige su forma de vivir. Saben que si sacrificamos toda la eternidad por esta vida es como si nos gastáramos los ahorros de toda la vida en tomar una copa, prescindiendo neciamente de las consecuencias.
Pero si observamos la ley del karma y despertamos en nosotros el buen corazón del amor y la compasión, si purificamos nuestro continuo mental y despertamos gradualmente la sabiduría de la naturaleza de nuestra mente, podemos llegar a convertirnos en un ser verdaderamente humano y, en último término, iluminado.
Fuente: El Libro Tibetano de la vida y de la muerte de Sogyal Rimpoché
La ley del Karma

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